jueves, 8 de enero de 2009

No nos dimos cuenta

Vivíamos como si el tiempo no fuera a correr para nosotros, sentíamos que nuestra juventud sería eterna mientras esperábamos que el presente nos invadiera por completo sin hacer nada por evitarlo. El tiempo pasaba por nosotros casi sin que nos diéramos cuenta, sin hacer ruido, a la chita callando. Crecimos sin pensar en las consecuencias de cada pequeño detalle que después nos ha ido pasando factura para bien o para mal. Lloramos y reímos con la ansiedad por vivir similar a la de un heroinómano por su dosis diaria. Daría lo que fuera por ser capaz de revivir en mi mente cada uno de los instantes que vivimos, pero eso sería pasarme la mitad de la vida viviendo y la otra mitad recordando cada instante, cada sensación, cada palabra, sin embargo, al fin y al cabo, no merece la pena vivir en el recuerdo pudiendo crear miles de instantes nuevos de sensaciones de palabras…

No necesitaba mucho, no necesitábamos mucho, simplemente compañía, sonrisas, historias inventadas o reales, y un par de paquetes de pipas y dos o tres chicles. Vivíamos como si el tiempo se hubiese parado y fuéramos nosotros quienes discurríamos por su inmovilidad, no me di cuenta, no nos dimos cuenta…