domingo, 10 de abril de 2011

Sigo caminando...


Me prometo a mí misma que no es inercia, sé que no es inercia. Camino porque estoy segura de que hay algún lugar al que quiero llegar siguiendo mis pasos, no los de otro, sino los míos. Estoy segura de que alguien ya ha pasado por ese lugar, de que alguien ya hizo de este camino su sendero, pero ahora no me importa. Este es mi camino, este es mi sendero, el pasado solo es eso, pasado... y el futuro está tan cerca y tan lejos a la vez que creo poder tocarlo pero cuando lo intento ni siquiera me acerco a acariciarlo con la mano y me siento una estúpida moviendo la mano en el aire, parece que saludara a mi estupidez.
Solo son pasos, a veces con las piernas cansadas y los pies destrozados de tanto caminar piensas en dejarlo, en pararte, dejar de caminar, optar por la opción fácil. Paras a fumar un cigarrito y mirar hacia atrás, pensar en todo lo que llevas caminado, en que no todos tus pasos han dejado huella pero algunos sí, sabes que algunos de tus pasos han dejado una huella que no desaparecerá, igual que algunos pasos de otras personas dejaron una huella marcada profundamente en ti, tan tan profundamente que sabes que por mucho que lo intentes no podrás borrarla. Te das cuenta de lo importante que es seguir caminando, seguir caminando incluso cuando piensas que no tiene sentido seguir ese camino.
Hoy sigo caminando, soy un canto rodado que no para de cambiar de lugar y de destino. No importa tener un destino, a veces lo más importante no es saber a donde ir, sino caminar, quizás el sentido de caminar no sea llegar a un destino, quizás el destino eres tú mismo y el camino solo es una forma de moldearte. Quizás el sentido sea caminar y caminar, puede que un día sin saber a donde vas encuentres lo que buscas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario